Lo que estaba por llegar
El viernes 28 de marzo no hubo ningún evento extraordinario en el recinto. La prensa del día informó sobre la estancia en Sevilla de un grupo de estudiantes y profesores de las Escuelas de Trabajo e Industria de Valladolid, que había sido invitados por la Cámara de Comercio vallisoletana, para visitar las principales fábricas e industrias de la ciudad y el recinto de la Exposición. De hecho, ya habían recorrido las instalaciones oficiales y los pabellones americanos y regionales, en los que fueron atendidos y obsequiados.
Aquel día hubo dos ruedas de prensa, que hicieron tener una visión general de los eventos que se desarrollarían en los meses inmediatos: la habitual, que a modo de entrevista cada día daba Carlos Cañal, comisario regio-presidente de la Exposición, y la de Miguel Bermudo, delegado de Fiestas y Festejos del Ayuntamiento de Sevilla, con relación a la próxima Feria de Abril.
Las declaraciones de Carlos Cañal
Según trasladó aquel día Cañal a los periodistas el general Berenguer, presidente del Consejo de ministros, en respuesta a su propuesta, había dado indicaciones escritas a los presidentes de las Diputaciones de todas las provincias, instándoles a contribuir al mejor éxito del desarrollo de la Exposición organizando en sus respectivos pabellones actos culturales y sociales coincidiendo con la temporada de fiestas primaverales.
También les adelantó que a comienzos de abril el escritor y conferenciante Federico García Sanchiz (Valencia, 1887- Madrid, 1964) vendría a Sevilla a dar dos charlas en el Teatro de la Exposición. La noticia no era cualquier cosa, pues este escritor y periodista era el conferenciante más solicitado en la época, habiéndose consagrado como inigualable charlista, como así mismo se denominaba, a su regreso de Buenos Aires en 1926. A partir de entonces, García Sanchiz no había cesado de viajar, españoleando, según le gustaba decir aplicando un verbo de su invención. Según anunció Cañal, este daría dos charlas. La primera, titulada "¡Sevilla Guadalquivir!", estaba prevista para la tarde del 3 de abril; en ella, el conferenciante ofrecería su visión de España y Andalucía frente al mundo, incidiendo en sus rasgos característicos. En la segunda, que bajo el título El viaje alegre dictaría dos días después, García Sanchiz reflejaría las impresiones que sobre los tipos, paisajes y costumbres americanas este había recogido durante su periplo por América, desde la Tierra del Fuego a Las Antillas y el Mar Caribe. En 1937, García Sanchiz, que fue Académico de Buenas Letras de Sevilla, sería el primer pregonero de la Semana Santa hispalense.
La rueda de prensa de Miguel Bermudo Barrera
Aquel día, el delegado de Fiestas y Festejos del Ayuntamiento de Sevilla, Miguel Bermudo Barrera, dio una rueda de prensa en la que además de manifestar que, acatando el acuerdo de la anterior corporación municipal, aquel año la Feria de Abril se instalaría en el recinto de la Exposición, anticipó algunos detalles organizativos.
Bermudo señaló que a pesar de que, en tan breve plazo de tiempo, y con la corta asignación presupuestaria disponible, parecía que complejo adecuar los terrenos y realizar el montaje de las casetas y las restantes instalaciones, él se comprometía a que todo estuviera en las mismas condiciones que en la feria del Prado de San Sebastián.
Bermudo detalló que habría ochenta puestos de juguetes, turrones, buñuelos y carruseles, entre la Puerta de la Reina Victoria, en la actual avenida de la Palmera (la conocida popularmente como Puerta de la Botella, por el cercano Pabellón de Codorniú) hasta la avenida de Venezuela, la actual Reina Mercedes.
Precisamente, la vía central de la feria sería la avenida de Venezuela, en el tramo entre el Barrio Moro y el Pabellón de Maquinaria, es decir, de la actual Profesor García González y la avenida Padre García Tejero. A partir del Barrio Moro se dispondrían las casetas de números impares y a partir del Pabellón de Maquinaria las pares. La calle central estaría iluminada con gran esplendor, instalándose numerosos arcos voltaicos, y a su entrada se colocaría un artístico arco luminoso.
La Calle del Infierno se instalaría inmediatamente antes de las casetas impares, frente al fachada lateral del Pabellón de Maquinaria, en la superficie hoy ocupada por los bloques de viviendas de la avenida Reina Mercedes que están frente a la fachada de la Facultad de Biología.
Por la estrechez de esta avenida, solo se permitiría dos filas de coches de ida y dos de vuelta. El paseo de coches de caballos, que se iniciaría por la Puerta de la Botella, discurriría por la avenida de Venezuela; después de salir por la cancela que al final de la avenida separaba el recinto de la Exposición de los Hoteles del Guadalquivir, los paseantes habrían de proseguir por la avenida Reina Victoria, volviendo a entrar por la Puerta de la Botella.
Los coches no podrían estacionarse en la avenida de Venezuela, por razón de su estrechez, pero sí en batería en el centro de la avenida Reina Victoria, de modo que sus ocupantes pudieran presenciar el desfile de carruajes desde el interior de los vehículos.
Feria de Abril de 1930. Caballista en la avenida de Venezuela.
En el Teatro de la Exposición
En el Teatro de la Exposición, a las diez y cuarto de la noche, la Compañía de Comedias de María Gámez puso en escena la comedia El secreto de Lucrecia, de Pedro Muñoz Seca.
Noticias de la prensa local sobre la jornada
Manifestaciones del Comisario regio, señor Cañal. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 29 de marzo de 1930, p. 1.
Profesores y estudiantes de Valladolid en Sevilla. En La Unión, de Sevilla. 29 de marzo de 1930, p. ?.
Manifestaciones del delegado de Fiestas y Festejos, señor Bermudo. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 29 de marzo de 1930, p. 1.
Espectáculos. Teatro Exposición. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 28 de marzo de 1930, p. 4.
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28 de marzo de 1930. Lo que estaba por llegar. En El Diario de la Exposición, de Juan José Cabrero Nieves y Amparo Graciani, https://www.eldiariodelaexposicion.com/post/28-de-marzo-de-1930. Sujeto a Licencia Creative Commons.
