CIEIA2020
16 de abril de 1930
El Miércoles Santo, el Graf Zeppelin Aterriza en la ciudad
El miércoles 16 de abril era Miércoles Santo. La ciudad seguía recibiendo visitantes. De aquel día, la prensa solo concreta la llegada de un grupo de alumnos de la Escuela de Ingeniería de Montes de Madrid que, a cargo de los catedráticos Enrique Macai y José María Jiménez Gutiérrez, llegaron a Sevilla en viaje de prácticas, para recorrer el recinto de la Exposición y la ciudad.
El recinto, que de nuevo volvió a abrir en su horario habitual, recibió la visita de algunos miembros de la Familia Real. Mientras en la Universidad seguían desarrollándose las sesiones académicas del Congreso Pedagógico, los ciudadanos esperaban los grandes eventos de la tarde, de los que Alfonso XIII fue partícipe: la llegada del Gran Zepelin y las procesiones de la Semana Mayor.
Por la mañana
A las diez de la mañana, don Alfonso y su cuñado Alejandro Alberto Mountbatten, marqués de Calisbrooke, marcharon en automóvil hacia Alcalá del Río para visitar las obras de construcción de un puente sobre el río Guadalquivir; desde allí se trasladaron a la Base Aérea de Tablada, para contemplar las evoluciones que el Conde Zeppelin realizaba sobre la ciudad.
Aquella mañana, el recinto de la Exposición estuvo muy concurrido. El infante don Fernando de Baviera y sus hijos lo recorrieron, aunque los protagonistas fueron sin duda los miembros de la Familia Real. De una parte, la reina Victoria Eugenia, quien acompañada por la duquesa de Aosta y la marquesa de Calisbrooke, Lady Irene Francis Adza Denison, visitó los pabellones Mudéjar y Renacimiento, paseando después por el Parque de María Luisa; los marqueses de Calisbrooke ya conocían la ciudad, que había visitado acompañando a la reina durante la feria de abril de 1920. De otra parte, el infante don Jaime, quien comenzó visitando las instalaciones del ministerio de Fomento en la Plaza de España, y continuó recorriendo el recinto de la Exposición en el ferrocarril en miniatura, para finalizar con una visita en automóvil por el centro de la ciudad.
Por la tarde
Fue una tarde ciertamente especial. La protagonizaron la llegada del Graf Zeppelin y las procesiones religiosas.
La llegada del Graf Zeppelin
En Sevilla se esperaba gran animación y entusiasmo la llegada del Graf Zeppelin que habría de aterrizar aquella tarde en el Aeropuerto Terminal de Europa, situado en el cortijo de Hernán Cebolla. El Ayuntamiento había organizado un servicio de autobuses, que salía de la Plaza de la Constitución, frente al Banco de España con billete combinado al campo de vuelo, para facilitar el transporte de quienes quisieran presenciar la llegada del dirigible. Ante la expectación y el interés por ver la llegada del aerostato, se envió a personal de la guardia civil y municipal de circulación para ordenar el tráfico y controlar a la muchedumbre y se instalaron vallas para delimitar el campo de vuelo. Un equipo de grabación sonora de una compañía de filmaciones, con todos sus aparatos de sincronización se trasladó al lugar para realizar tomas.

El Graf Zeppelin sobrevolando la Plaza de España (fot. del Archivo del Ejército del Aire).
Tras el almuerzo, a las cuatro de la tarde, los reyes don Alfonso y doña Victoria, acompañados de los infantes don Jaime y don Fernando, y de las infantas doña Beatriz y doña Cristina llegaron en automóviles al cortijo de Hernán Cebolla para presenciar la llegada del Zeppelin. Las autoridades locales y representantes de la Compañía Transaérea Colón, les recibieron en la tribuna instalada en el campo de aterrizaje, junto al cobertizo de uno de los hangares que se estaba construyendo para las maniobras de sujeción y amarre del dirigible.

A las cuatro y veinte, la silueta plateada del dirigible, que venía escoltado por avionetas y aeroplanos, se dejó ver en el horizonte. Desde el aparato se envió un comunicado de radio informando que, por el excesivo calor y en espera de la refrigeración del gas, hasta las seis de la tarde no se efectuaría el amarre.
Mientras tanto, el Conde Zeppelin realizó varias evoluciones sobre los terrenos del aeropuerto, mientras el rey visitaba el hangar-almacén en construcción y una maqueta del mismo.
El dirigible sobrevolando el Aeropuerto Terminal de Europa (fot. de Mundo Gráfico. 23 de abril de 1930,p. 23).
A las cinco y media, se iniciaron las maniobras del aterrizaje y amarre del dirigible, en las que intervinieron las fuerzas de Ingenieros y Aeroestación.

Operaciones de amarre del Graf Zeppelin (fot. de Mundo Gráfico. 23 de abril de 1930,p. 23).
Una vez aterrizado, descendieron los pasajeros embarcados en Friedrichshafen: el doctor Mejía, el fotógrafo Alonso y señor Casares.
Después, subieron a bordo los reyes y los infantes, el alcalde, el presidente de la Diputación y el séquito que acompañaba a los reyes, entre ellos el duque de Spoleto y la duquesa de Aosta, y el marqués de Carisbrooke (el hermano de la reina), personal de la Compañía Transaérea Colón, el cardenal Ilundain, jefes y oficiales de Aeronáutica, el teniente coronel Herrera y el señor Loring. Estos permanecieron durante largo rato en el interior del aparato visitando sus distintas dependencias.

Tras bajar éstos, el dirigible inició las maniobras de despegue para, a las siete menos cuarto de la tarde, regresar a Alemania.
En el vuelo de vuelta a Friedrichshafen iban los militares Kindelán y Gallarza, Miguel Ortiz, Luis Sesé y la señorita Josefa Fernández Duro, con su doncella.
Las procesiones del Miércoles Santo
Después de presenciar la llegada del dirigible “Conde Zeppelin”, y visitar sus instalaciones, el rey acompañado de las infantas, se trasladaron a la plaza de San Francisco, para presenciar el paso de las cinco cofradías que aquel Miércoles Santo hicieron estación de penitencia en la S.I. Catedral: el Baratillo, los Panaderos, Cristo de Burgos, Siete Palabras y Sagrada Lanzada.
Aquella tarde no estuvieron en los palcos ni la reina doña Victoria, quien acompañada de los marqueses de Calisbrooke, regresó al Alcázar, ni el infante don Jaime, que marchó a Málaga para presidir el cortejo de la cofradía de la Piedad.
La Hermandad del Buen Fin estrenó el techo del palio de la Virgen de la Palma. Este había sido diseñado por el arquitecto Ignacio Gómez Millán y realizado en el taller de bordados de José y Victoria Caro entre 1929 y 1930. El palio, realizado sobre terciopelo azul con bordados en hilo metálico dorado y plateado, se conformada con casetones inspirados en las construcciones regionalistas; en su centro, Gómez Millán dispuso un óvalo rodeado de ángeles y una balaustrada para dar perspectiva a la escena bordada que representa la Cruz con un sudario como alegoría de la Sábana Santa, titular de la Hermandad. El palio incorporaba elementos cerámicos y forja, además de cuatro altorrelieves en madera policromada de los Evangelistas, ejecutados por Castillo Lastrucci. Se completaba con el manto también realizado por el taller de Victoria Caro.
Antes de la una de la madrugada todas las hermandades habían hecho entrada en sus templos.
Noticias de la prensa local sobre la jornada
La jornada regia. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 17 de abril de 1930, pp. 3 y 8.
La llegada del “Conde Zeppelin”. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 17 de abril de 1930, pp. 1 y 2.
Profesores y alumnos de ingenieros de montes a Sevilla. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 17 de abril de 1930, p. 8.
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16 de abril de 1930. El Miércoles Santo, el Graf Zeppelin Aterriza en la ciudad. En El Diario de la Exposición, de Juan José Cabrero Nieves y Amparo Graciani, https://www.eldiariodelaexposicion.com/post/16-de-abril-de-1930. Sujeto a Licencia Creative Commons.
